BIENVENIDOS

PUERTO CABELLO - EDO. CARABOBO. VENEZUELA.
JESUCRISTO LES AMA

EL SEÑORIO DE CRISTO

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:34-35





Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Juan 15:12

Analicemos un poco los siguientes pasajes Bíblico en el libro de el Evangelio de Juan capitulo 21:

21:15-19
15Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 18De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 19Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.

¿Qué quería oír de Pedro, nuestro Señor, antes de darle la misión de apacentar a Sus ovejas? 

¿Le pidió algún requisito especial, en relación con su carácter o personalidad? ¿Le pidió sabiduría, inteligencia o dominio propio?

¿Le hizo un examen para saber cuánto había aprendido durante el tiempo que estuvo con él?

¿Le preguntó algo relacionado con la doctrina, con los mandamientos, con los sacramentos, con todas las verdades que El mismo le enseñó?

¿Esperó o planeó un momento especial ante los ojos de los hombres para pedirle que apacentara sus corderos?

¿Le dio un título jerárquico al encargarle Su rebaño?

¿Le dio un nombre distinto?

¿Le hace un traspaso de autoridad, o de propiedad, quedándose nuestro Señor al margen de la obra que le está encomendando?

¿En algún momento le dice “tus” ovejas?

Cuando le dice “hijo de Juan” ¿No le está recordando su origen? ¿No le está recordando que Pedro es un hijo de hombre, y que Pedro y su misión siempre deberán estar sujetos a El, y que sólo El, es El Señor?

En su primera respuesta Pedro ya no salta impulsivamente como lo hacía antes, sino que le afirma que lo ama.

En su tercera respuesta Pedro se entristece, pues, cree ver en estas reiterativas preguntas un dedo de duda por parte de Jesús, de su amor por El.

Y apela a su Señor, reconociéndolo como Todopoderoso y Señor de todo, para decirle que El todo lo sabe, por lo tanto ya sabe que lo ama.

Y Jesús le hizo ver que de ahí en adelante ya no haría más lo que quisiera, sino que glorificaría a Dios con su muerte.

Jesús le hace ratificar delante de todos, y por tres veces, que lo ama.

Todo lo que tenía Pedro, era amor por Jesús...


Que no quedasen dudas, de qué fue lo que Jesús deseaba oír de Pedro, antes de nombrarlo pastor de Su rebaño.

Y después de toda esta declaración de amor, Jesús le dice “Sígueme”.

Ahora consideremos el siguiente pasaje.

Juan 21:20-23
20Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? 21Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? 22Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. 23Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?

Mientras iban caminando, Juan el discípulo amado por Jesús, iba caminando detrás de ellos.

Pedro se preocupa de él, y le pregunta a Jesús, que qué va a pasar con Juan, a lo que Jesús responde con un “¿a ti qué?”

Ahora ¿Cuáles serían los pensamientos de Juan?

El tenía la certeza de que su Señor lo amaba... En silencio, Juan los sigue de cerca...

¿Somos capaces de seguir a Cristo, “en silencio” como Juan, acatando en sumisión lo que El nos muestra hoy, a nosotros, para hacer dentro de Su iglesia, observando sin envidias, sin temores, es más, con alegría y esperanza, las misiones o funciones que El, como Cabeza de Su Iglesia, les da a otros para hacer? ¿Confiamos en que el Espíritu Santo santifica la iglesia?

Jesucristo, es la Cabeza de Su Iglesia. Y El nos ama a todos por igual y a cada uno de nosotros nos tiene asignada una función que cumplir dentro de Su Cuerpo.

El es quien tiene la Autoridad, el Señorío, El da a través de Su Espíritu Santo a cada uno de nosotros un ministerio, una función, siendo todas importantes para el perfecto funcionamiento del cuerpo, para utilidad de todos, para el crecimiento y transformación de toda Su iglesia en el Cuerpo Glorioso de Cristo.

¿Era asunto de Pedro, la función o misión que Jesús le encomendaría a Juan?... A Pedro le debía bastar procurar el fiel cumplimiento de su propia misión.

La decisión, la autoridad, el señorío seguirían siendo de Jesús, aunque ya no estuviera físicamente con ellos.

Había promesas por parte de Jesús, que les enviaría el Espíritu Santo y que toda verdad les sería dada, y que El permanecería con ellos hasta la consumación del mundo...

Una cosa era dejarlo a él a cargo del rebaño, y otra quién es el dueño del rebaño...

Una cosa era darle las llaves del Reino de los cielos, para que iniciara la entrada al Reino a todos los que creyeran en Cristo, mediante la predicación del evangelio de salvación, y otra era, quién es el Rey y Autoridad del Reino.

Una cosa es ser parte de Su Cuerpo y otra es quién Es y de quién es El Cuerpo... El Todopoderoso a cargo de todo. El Rey. El Dueño de la mies.

El Señor de Señores. El Gran Pastor de las ovejas. El Dador de Vida. El que nos rescató, por gracia, de la muerte para vivir eternamente con El y para El.

La devolución del Reino de los Cielos a Su Padre.




Jesucristo requirió de Pedro, amor por El...


¿No nos pide lo mismo a nosotros?


Amor por El, por sobre todo lo demás...


Fuimos comprados a un alto precio, Su muerte en la cruz.

¿Podemos amarlo a El y no amar Su Cuerpo?

Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Apoc. 11:15.




DIOS LE BENDIGA.